La piscina es un lugar que permite disfrutar y relajarse en el agua, realizar deporte o simplemente establecer contactos sociales.
Para garantizar que todas las personas puedan acceder de forma cómoda y segura a las piscinas públicas, se debe garantizar la accesibilidad del transporte público hasta las instalaciones, la existencia de plazas de aparcamientos accesibles, de itinerarios adecuados en la vía pública, la accesibilidad general del edificio (puertas, ascensores, aseos, escaleras, rampas, señalización…), pero además se deben contemplar los siguientes aspectos:
Debe existir al menos un itinerario accesible que una los vasos de las piscinas con los accesos a las zonas de uso colectivo.
En el acceso principal habrá un plano en relieve o táctilo-sonoro en el que aparezcan las dependencias y los puntos de interés de las instalaciones.
Se señalizará todo el perímetro del vaso mediante una franja de 1 m de anchura, de coloración y textura bien contrastada con el resto del pavimento.
Para evitar roces y cortes, los bordes de las piscinas deben ser redondeados. El pavimento debe ser firme, antideslizante, no abrasivo y antirreflectante. Para evitar golpes, los bordes se pueden proteger con material blando.
Además de las escalerillas de patas, que serán de un color fuertemente contrastado y de un material antideslizante en peldaños y barandillas, se posibilitará a las personas con movilidad reducida la entrada y salida al interior de las piscinas de forma autónoma y segura. Para ello se dispondrá de los siguientes elementos:
Tanto las escaleras como las rampas, dispondrán de un pasamanos a dos alturas en ambos lados. Su material será rugoso para evitar que la mano resbale.
Los cambios de profundidad de la piscina se señalizarán con cambios de color y de textura en los bordes y fondo de la piscina.
Para facilitar la orientación en la piscina a las personas ciegas o con deficiencia visual, se colocarán corcheras a lo largo de la piscina. Serán de un color llamativo. Pueden llevar información en braille y altorrelieve.
El material deportivo estará almacenado fuera de la zona de paso.
La zona de trampolines, por ser de especial riesgo, se señalizará con un pavimento de textura y color diferentes.
Las rejillas de los sumideros deben ser de un color que contraste con el resto del pavimento. Serán seguras, fijas y sus juntas tendrán una anchura máxima de 6 mm.
Las piscinas públicas contarán con monitores de apoyo a las personas con discapacidad. Estarán debidamente formados. Para ello deben conocer la discapacidad del usuario y sus necesidades individuales para guiar los ejercicios y mejorar su aptitud física. Tendrán un conocimiento básico de lengua de signos para poder interactuar con personas sordas y de las técnicas guía para ayudar a desplazarse a las personas ciegas, sordociegas o con deficiencia visual.
Si existen vestuarios, duchas y aseos en las instalaciones donde estén ubicadas las piscinas, al menos uno debe ser accesible para cada sexo.
Estarán correctamente rotulados.
Podrán ser individuales o colectivos. Los individuales deben medir al menos 1,50 x 1,80 m. Deben tener un asiento abatible regulable en altura, barras de apoyo abatibles, espejo y percha situada en la zona de alcance.
Los vestuarios colectivos podrán tener cabinas individuales dejando un espacio de paso como mínimo de 90 cm y lugares de giro de 1,50 m.
Los bancos serán estables y de color contrastado con la superficie de alrededor. Tanto su altura como su fondo se recomienda que sean de 45-50 cm. Permitirán el acercamiento y transferencia de las personas en silla de ruedas.
Dispondrá de perchas de color contrastado con las paredes a una altura de 140 cm y otras a 110 cm para personas en silla de ruedas o talla baja.
Las taquillas podrán alcanzarse fácilmente por una persona sentada. Serán de un color diferente en cada una de sus filas y coincidirá con el color del llavero, de este modo se facilita su localización. Cada taquilla estará correctamente rotulada en macrocaracteres contrastados en relieve y en sistema braille. La numeración se situará encima de la cerradura.
El acercamiento a bancos, perchas y taquillas estará libre de obstáculos.
Los espejos estarán colocados de forma que pueda verse tanto una persona sentada en el banco como de pie.
Cuando sean duchas colectivas, se facilitará la localización de los mandos disponiendo detrás de cada uno de ellos una línea vertical de azulejos de color contrastado. Se iniciará en el suelo y finalizará en donde se halle el mando. A su vez, estos serán de color contrastado con la banda de azulejos. Contará con barras de apoyo.
El pavimento será antideslizante tanto en seco como en mojado y dispondrá de desagües enrasados con el suelo. Las rejillas evitarán atrapamientos de las sillas de ruedas o de los bastones.
© ONCE Málaga y SFSM 2010
