Todas las personas tienen derecho a disfrutar de una comida o de una copa con amigos, compañeros de trabajo, de negocios… Las personas con discapacidad encuentran bastante restringida la oferta de restauración accesible ya que la mayoría de bares y restaurantes presentan numerosas barreras físicas y de comunicación.
En los bares se suele concentrar en muy poco espacio mucha gente invadiendo las zonas de paso y bastante mobiliario (barra, taburetes, mesas, sillas, máquinas expendedoras de tabaco, teléfono público…) convirtiéndose todo ello en obstáculos para las personas con movilidad reducida.
En los restaurantes, aunque las personas suelen estar sentadas en sus mesas, la distribución del mobiliario, la falta de formación de los camareros, la ubicación en lugares de difícil acceso, entre otras muchas barreras, hacen que las personas con discapacidad tengan dificultades para disfrutar de la gastronomía y la tertulia típica en estos lugares de ocio.
Para que todas las personas puedan acceder a bares y restaurantes sin discriminación, deben reunir los requisitos de accesibilidad comunes desarrollados a lo largo de esta guía de buenas prácticas. Deberán ser accesibles el transporte, la puerta de entrada al local, las escaleras, los aseos…
Además proponemos algunas medidas de accesibilidad específicas para bares y restaurantes:
La iluminación debe ser adecuada, evitando reflejos y resaltando con luz adicional algunos elementos como la barra, las mesas, la señalización de aseos, teléfono...
Habrá iluminación de emergencia situada a 3 m del suelo.
También se pueden colocar pilotos luminosos sobre el rodapié a unos 20 cm del suelo como recurso para guiarnos en condiciones de baja luminosidad.
Las dimensiones y la distribución del mobiliario en el bar o restaurante deben permitir el desplazamiento de una persona con movilidad reducida, respetando el ancho mínimo libre de 0,90 m.
Estará a una altura de 1,10 m medidos desde el pavimento, aunque existirá un tramo mínimo de 0,80 m de longitud, con una altura comprendida entre 0,70 y 0,80 m. Este tramo tendrá un hueco en su parte inferior libre de obstáculos de 0,70 m de alto y 0,50 m de profundidad, para que las personas en silla de ruedas puedan acercarse cómodamente.
Su diseño debe permitir la aproximación frontal de las personas usuarias de sillas de ruedas. Deben tener bordes y esquinas romas.
Se recomiendan las mesas redondas porque favorecen el contacto ocular y la comunicación de las personas sordas.
Serán regulables en altura y se podrán apoyar los pies.
Se evitarán las sillas pesadas, las de acolchado muy blando y las incómodas de mover.
Es conveniente que se disponga de varias sillas regulables en altura.
Los reposabrazos facilitarán la sedestación y la incorporación de las personas mayores o con movilidad reducida.
Se debe disponer de varias sillas con plataforma para que las personas de talla baja y los niños puedan subir, bajar, y apoyar los pies mientras se está sentado.
Es muy importante que los camareros tengan conocimientos básicos en el trato y la atención a las personas con discapacidad. La clave es la naturalidad aunque es necesario aprender algunas nociones para interactuar correctamente con ellas.
En el caso de personas con movilidad reducida, que usen bastón, muletas o andador, podemos ofrecer nuestro brazo o simplemente acompañarlos a su mesa. Si la persona usa silla de ruedas podemos preguntar si necesita ayuda.
A las personas con talla baja debemos tratarlas con naturalidad de acuerdo a su edad.
Para dirigirnos a personas ciegas o con limitaciones visuales, debemos identificarnos en primer lugar, hablar de forma clara en un tono normal, usar palabras como “ver” o “mirar” con naturalidad, evitar términos imprecisos como “allí” o “eso”, preguntar si necesita ayuda antes de ofrecerle el brazo, advertir de los posibles obstáculos en la marcha y una vez en la mesa, no cambiar las cosas de sitio e indicar el contenido de los platos usando el sistema del reloj. Por ejemplo: entre las 9 y las 3 se encuentra la carrillada y a las 6 están las verduras.
Para atender a personas sordas o hipoacúsicas, se recomienda no gritar, hablar vocalizando correctamente y a un ritmo medio, mirar a los ojos, apoyarnos con gestos, no dar la espalda ni girar la cabeza, ayudarnos de la escritura…
Si la persona tiene limitaciones en la comunicación, trataremos de conocer el método de comunicación que usa, sobre todo cómo dice “sí” o “no”. Le haremos preguntas a las que pueda responder y le haremos saber si hemos comprendido su respuesta. Esperaremos a que termine el mensaje y nunca manipularemos su ayuda técnica de comunicación sin permiso.
Como norma general, debemos dirigirnos a la persona con discapacidad, no a su acompañante, tratarla de acuerdo con su edad, evitar la sobreprotección limitando la ayuda a lo necesario y sobre todo ser naturales y sencillos.
Libro de comunicación para restaurantes y bares (documento PDF)
Tanto la carta de precios como el menú del día, deben presentarse de forma accesible por escrito.
Se recomienda la inclusión de dibujos, pictogramas y fotografías de los platos para facilitar la elección.
El bar o restaurante debe disponer de varios ejemplares ampliados y en sistema braille.
La cuenta debe ser clara y legible por todas las personas. Las personas ciegas o con deficiencia visual pueden solicitar que el camarero lea la cuenta. Éste además debe poner en manos de la persona ciega la tarjeta de crédito, el dinero… Si ha de firmar, pondrá el resguardo recto sobre la mesa, el bolígrafo en su mano y la tomará hasta llevar la punta al lugar donde debe iniciar la firma.
Otra posibilidad es disponer de una plantilla de plástico con forma rectangular con un hueco libre para que el cliente perciba dónde firmar.
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