La biblioteca es un espacio de acceso a la información y al conocimiento. Constituye una importante fuente de recursos educativos. Mediante la lectura en sala o préstamo de libros, revistas, tebeos, vídeos, DVD… se establece una vía de acercamiento del ciudadano al arte y la cultura. Por ello debe garantizar un acceso fácil a todos los usuarios, incluidos aquellos con algún tipo de discapacidad.
La iluminación es un elemento muy importante en las bibliotecas. Deberá ser uniforme, evitando deslumbramientos y zonas oscuras. La intensidad lumínica recomendada es de al menos 300 luxes. En las mesas de lectura es aconsejable disponer de flexos orientables y con luz fría.
Las dimensiones y la distribución del mobiliario en las salas deben permitir el desplazamiento de una persona con movilidad reducida y no provocar riesgos de accidente para personas ciegas o con visión reducida.
Tanto en los puestos de consulta, como en las mesas de lectura, se utilizarán mesas cuya altura pueda regularse mediante un sistema eléctrico, permitiendo una altura entre 62 y 82 cm. De este modo, podrán trabajar personas en silla de ruedas, personas de talla baja, personas muy altas…
La biblioteca deberá disponer de atriles de sobremesa, con inclinación regulable para facilitar el manejo del libro y la adopción de posturas adecuadas a personas con discapacidad física o visual.
Es conveniente que se disponga de sillas regulables, o por lo menos con asiento a dos alturas. Los reposabrazos facilitarán la sedestación y la incorporación de las personas mayores o con movilidad reducida.
El espacio entre estanterías permitirá la circulación de todos los usuarios. Es conveniente que todas las baldas de las estanterías se puedan mover. Los primeros 40 cm entre el suelo y el primer estante serán diáfanos, permitiendo la aproximación de los usuarios de sillas de ruedas. La última balda ha de tener una altura inferior a 1,50 cm.
Los percheros y taquillas para depositar los objetos personales, contarán con distintas alturas. Las llaves de estas últimas serán de fácil manejo.
Si existe sistema antirrobo, no debe suponer un obstáculo para personas con movilidad reducida o que usen silla de ruedas. Tampoco debe interferir con dispositivos personales electromagnéticos como marca-pasos o audífonos.
Los ordenadores han de ser accesibles físicamente, deben incluir opciones de accesibilidad, ofrecer diferentes formatos para la salida de la información y ser compatibles con la mayoría de ayudas técnicas para el acceso a la información electrónica. Además deben contar con conexión a Internet.
La biblioteca debe disponer de una impresora en Braille, una impresora A3 para tamaños de letra grande, un scanner con OCR para la digitalización y el reconocimiento óptico de caracteres que permita convertir los documentos a formato texto y puedan ser leídos por un lector de pantalla.
La biblioteca debe ofrecer entre su colección libros electrónicos y otros formatos que permitan a personas con discapacidad disfrutar de la lectura. Entre ellos proponemos libros en braille, documentos con tamaño de letra grande, audiolibros y audiovisuales con audiodescripción para personas ciegas o con déficit visual; signolibros (libros en soporte DVD donde el texto es narrado por una persona en lengua de signos), audiovisuales con subtitulado y libros de lectura fácil para personas sordas; documentos con anillas de fácil apertura y apoyo sobre atriles para personas con discapacidad motriz; documentos gráficos e icónicos, o con lenguaje claro y sencillo para personas con discapacidad cognitiva…
La colocación de los documentos debe facilitar que los usuarios los puedan localizar y alcanzar. Para ello, el etiquetado se realizará con suficiente contraste y en un tamaño de letra que permita su visualización desde largas distancias y su lectura a una proximidad de 5 cm.
Cuaderno de comunicación en bibliotecas (documento PDF)
Ejemplo de cuento con pictogramas (documento PDF)
Ejemplo de audiolibro (fichero MP3)
Los sistemas tradicionales de fichas se están sustituyendo por sistemas electrónicos que si son accesibles permiten a todas las personas la búsqueda de información documental, tanto en el catálogo interno como en los de otras bibliotecas que se encuentren interconectados.
La biblioteca debe disponer de servicios de formación y orientación en la búsqueda de información. El personal con estas funciones, deberá recibir una formación básica sobre las personas con discapacidad.
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