Esta sección recoge los siguientes apartados:
Cuando se planifica un evento o actividad, es importante asegurarse de que todos los asistentes tengan la oportunidad de participar en condiciones de igualdad, esto incluye a las personas con discapacidad.
Para ello, en la fase de diseño los organizadores deben analizar y tener en cuenta los siguientes aspectos:
Se debe elegir un lugar para realizar la actividad que carezca de barreras arquitectónicas y de comunicación. El edificio debe ser accesible y para ello cumplir las condiciones y requisitos que se desarrollarán a lo largo de esta guía.
Se deberá comprobar que no existen obstáculos o peligros que impidan la circulación en los itinerarios del entorno inmediato al edificio.
El ancho mínimo libre de obstáculos en estos itinerarios será de 1,50 metros de manera que se garantice el paso, el cruce y el giro o cambio de dirección, de personas, independientemente de sus características o modo de desplazamiento.
Si existen elementos puntuales tales como señales verticales, papeleras o elementos de jardinería, se dejará un ancho libre mínimo de 0,90 metros en ese punto y una altura mínima de 2,20 metros libre de obstáculos.
La altura máxima de los bordillos será de 12 centímetros, debiendo rebajarse a nivel del pavimento de la calzada en los pasos peatonales o mediante la creación de vados.
Es conveniente que en los pasos de cebra no se encuentren obstáculos que dificulten la visión del peatón con baja talla a la hora de cruzar: cubos de basura o de reciclaje, vehículos mal estacionados u otros elementos que imposibiliten parcial o totalmente la visión. Así mismo, esta medida facilitará al perro guía la localización del paso de peatones cuando la persona ciega dé la indicación de buscar cruce.
También es necesaria la evaluación de los pavimentos, comprobando que sean duros, antideslizantes en seco y en mojado y que carezcan de rugosidades distintas a las de la propia pieza, es decir que esté correctamente colocado.
Muchas de las actividades de ocio, culturales y deportivas exigen un desplazamiento por parte del usuario.
Los medios de transporte empleados deben tener un diseño que permita un uso libre, cómodo y seguro a todas las personas. Mediante adaptaciones e inclusión de ayudas técnicas en el medio de transporte, se garantizará que las personas con discapacidad puedan acceder y bajar del medio, así como la permanencia, movilidad, orientación y comunicación en su interior.
Los organizadores de la actividad, deben contactar con las estaciones de autobuses, trenes y aeropuertos ya que cada vez es más frecuente la existencia de servicio de acompañamiento para atender a personas con discapacidad.
La ley establece que en todas las zonas de estacionamiento de vehículos se reservará como mínimo una plaza para personas con movilidad reducida por cada cuarenta plazas o fracción.
Las características técnicas de estas plazas se desarrollarán más adelante en el siguiente bloque de contenidos.
Es importante garantizar que los seguros de las actividades que se vayan a contratar cubran también a las personas con discapacidad así como tenerlas en cuenta en el plan de evacuación en caso de emergencia.
Los edificios e instalaciones dispondrán de ascensor de emergencia con acceso desde cada planta que posibilitará la evacuación prioritaria de personas con movilidad reducida.
Las salidas de emergencia tendrán una anchura mínima de paso libre de 100 cm.
Habrá alarmas de emergencia en todas las instalaciones y éstas contarán con transmisión óptica y acústica.
Los recorridos de evacuación contarán con señalización óptica, acústica y táctil.
Es necesario formar al personal para que pueda localizar y evacuar a las personas con discapacidad en caso de emergencia.
Aunque todas las actividades deben estar diseñadas para dar cabida a todos los colectivos incluyendo a las personas con discapacidad, no en todas van a participar éstas ni van a ser necesarias las mismas ayudas técnicas y personales.
Por ello es muy importante incluir en la ficha de inscripción al evento algunas preguntas destinadas a conocer si la persona posee alguna discapacidad, en caso afirmativo saber qué tipo y qué adaptaciones necesita para participar en igualdad de oportunidades.
A la hora de difundir una actividad, es conveniente hacerlo en múltiples formatos para asegurar que la información llegue a todas las personas.
Además de la difusión en prensa, radio y TV, se debe colgar en Internet, asegurándonos que la página Web cumple las Pautas de Accesibilidad al Contenido en la Web establecidas por el W3C.
También se puede remitir por correo electrónico a las empresas y asociaciones para que sea reenviado al mayor número de personas.
Actualmente se está extendiendo la difusión mediante SMS, este medio es ideal para las personas sordas e hipoacúsicas.
Si se realizan folletos, la información deberá presentar un formato legible por personas con discapacidad visual. La utilización de fotos, dibujos, pictogramas y de un lenguaje fácil ayudará a su comprensión a personas con discapacidad intelectual. Así mismo se pueden imprimir ejemplares en braille y en caracteres ampliados para hacerlo llegar a personas ciegas y con deficiencia visual.
Se puede grabar un CD-ROM, DVD u otro soporte digital con la información en lengua de signos, subtitulado y voz en off para enviar la información relacionada con la actividad a personas sordas e hipoacúsicas.
En las actividades que disponen de servicio de información telefónica, habrá que contar con fax, SMS, e-mail y videollamadas.
Planificar la actividad con tiempo permitirá prever los costes de la actividad incluyendo en el presupuesto las necesidades de adaptación física y comunicativa (rampas, ascensores, iluminación, señalización…), la incorporación de ayudas técnicas (sillas de ruedas, sistema de subtitulado y audiodescripción, bucle magnético…) y la contratación de personal especializado (asistentes personales, intérpretes de lengua de signos, servicio de acompañamiento y guía…)
Durante el desarrollo de la actividad cultural, deportiva o de ocio, es necesario realizar un seguimiento y supervisión de la misma para que se consiga la plena integración de todos los participantes.
Debemos asegurarnos que funcionan correctamente los servicios de acompañamiento, de intérpretes de lengua de signos y guías intérpretes de sordociegos. Así mismo, que los monitores, profesores y personal en general han sido formados previamente y saben cómo tratar a las personas con discapacidad y facilitar su participación.
En cuanto a los materiales empleados, debemos comprobar que se encuentran correctamente adaptados. Si se emplea material audiovisual, debe contar con subtitulado, audiodescripción y ventanilla en la que aparezca un intérprete de lengua de signos. Si usamos material impreso, éste debe usar un lenguaje fácil y ser legible por todas las personas, incluso las que presentan deficiencia visual. Además debemos ofrecerlo en formatos alternativos como PDF accesible, sistema braille, caracteres ampliados…
Las ayudas técnicas deben funcionar correctamente.
A lo largo de esta guía de buenas prácticas profundizaremos en cada uno de estos aspectos.
Para conocer si la actividad desarrollada ha cubierto las expectativas que esperábamos es necesario realizar un cuestionario de satisfacción dirigido a los clientes directos de la misma. Además de una valoración general de la actividad, este cuestionario permitirá evaluar las dimensiones básicas de accesibilidad: movilidad, comunicación, comprensión y usabilidad.
Debe incluir ítems que evalúen aspectos como: ubicación de la actividad, itinerarios, transporte, iluminación, señalización, comunicación, materiales empleados, ayudas técnicas, ayudas personales…
Una actividad correctamente evaluada nos permitirá detectar errores en su diseño y desarrollo, y plantear propuestas de mejora que garanticen la participación de todas las personas.
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